Las fuentes de obtención de Células Troncales Mesenquimales son muy variadas, algunas de ellas son: médula ósea, tejido adiposo, placenta, cordón umbilical y tejido endometrial, que por sus características únicas ha representado el objetivo de muchos médicos para estudiarla, tales como, su bajo nivel invasivo, nivel de regeneración, capacidad de aislar una gran cantidad de células de poco tejido y su facilidad de obtención a través de una biopsia.
El cartílago es uno de los tejidos del cuerpo cuya tasa de regeneración es baja, principalmente porque se encuentra poco vascularizado y debido a su función es muy susceptible a traumatismos e inflamación, además de que su matriz celular posee una estructura muy complicada y difícil de mimetizar. Una de las enfermedades degenerativas más comunes que afectan al cartílago es la osteoartritis, la cual disminuye la calidad de vida de las personas que la padecen, causa dolor y puede llegar a ser discapacitante. En general, son muchos los factores que pueden llegar a dañar el cartílago, entre ellos, el peso, la edad, género, factores genéticos, actividad física, etc., y la articulación más dañada comúnmente es la rodilla.
Dentro de las terapias conocidas hasta el momento para tratar la osteoartritis, se encuentran los líquidos de soporte (nombrado viscosuplementación) que simulan la matriz extracelular de los condrocitos (las células del cartílago) para amortiguar el roce entre los huesos que causan el dolor y disminuir la degeneración del cartílago. Sin embargo, este tratamiento no frena la destrucción del cartílago y mucho menos estimula su regeneración, por lo que se ha explorado una alternativa viable utilizando la capacidad de transformación de las Células Troncales Mesenquimales (CTM).
A pesar de que las CTM más investigadas hasta el momento son de médula ósea, otras fuentes como el tejido endometrial están llamando la atención por las características anteriormente mencionadas. Estas células tienen la capacidad de diferenciarse hasta condrocitos para formar un cartílago funcional, pero también ayudan a disminuir la inflamación en la articulación y con ello logran parar la muerte de las células condrocíticas. En diversos estudios pre-clínicos llevados a cabo en conejos, ratones, caballos y otros animales, se ha demostrado su efectividad para la regeneración del cartílago y recuperación de la funcionalidad. La traslación de estos resultados hacia un estudio clínico está en proceso actualmente, pero se ha descrito que es posible reducir el dolor de la articulación, incrementar la capacidad de movimiento e incluso de caminar y reparar en cierta extensión el tejido dañado.
Hasta el momento, la creación de cartílago a partir de Células Troncales Mesenquimales aún está en fase experimental y requiere de un cuidado minucioso para lograr que las células diferenciadas no regresen a su estado original y se mantengan funcionales por el tiempo requerido del paciente. Otra alternativa prometedora es la impresión de bio-andamios 3D para colocar sobre la articulación del paciente y llenarlo con células troncales para que puedan diferenciarse in vivo y formar el cartílago perdido, ambos tratamientos aún no están disponibles en todo el mundo de manera rutinaria debido a su complejidad.
Sin embargo, existe un amplio conocimiento de que las Células Troncales Mesenquimales secretan de forma paracrina, factores de crecimiento (VEGF, EGF, FGF), quimioatrayentes y citocinas anti-inflamatorias (IL-10, IL-13) que nos permiten utilizarlas como una fuente de moléculas bioactivas con la capacidad de modular el metabolismo de la matriz extracelular del cartílago así como de promover la angiogénesis y la proliferación de Células Troncales Mesenquimales específicas del tejido. Por lo que la administración de Células Troncales Mesenquimales directamente en la articulación es una de las terapias hasta el momento que más ha demostrado resultados en la clínica.
La combinación de la aplicación de CTM en la articulación con medicamentos (ácido hialurónico o Plasma Rico en Plaquetas) es decisión directamente del médico tratante, ya que se deben tomar en cuenta las características físicas del paciente, nivel de actividad física, de degeneración, alimentación y factores hereditarios que pudieran intervenir, por lo que es importante acudir con un especialista para que el tratamiento sea el adecuado.
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